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viernes, 17 de mayo de 2013

NORICA Modelo 62 Restauración – Recuperación

por Jeronimo


Un gran amigo , coleccionista y gran restaurador de armas  me ha proporcionado este artículo que seguro será de gran ayuda para los que desean recuperar alguna de sus carabinas 
muchas gracias Jerónimo

Hace un tiempo, un compañero del foro me ofreció una carabina marca Norica, modelo 62.
Me envió las siguientes fotografías como muestra del estado en que se encontraba:

Tenía la culata partida, reparada con una chapa a cada lado con cinco tirafondos cada una.
Como se puede ver en las fotos tenía óxido por todos los sitios, hasta en la madera,pero…funcionaba.

Le faltaba el alza y el punto de mira.
Hablamos de un posible precio y quedamos en que pasaría a recogerla. Yo ya tenía dos Norica 62, totalmente iguales salvo el calibre, pero a mi me gustan estos retos.Además de entretenerme ocupando mi tiempo libre, que es todo, cuando logro terminarla me produce una satisfacción difícil de narrar.
Después de un tiempo en el que yo estaba pero él no, o él si pero yo no, por fin un día
coincidimos; nos conocimos personalmente, nos tomamos unas cañas y me dice que me la
regala, que ha visto fotos de mi colección y que le gustaría que estuviera entre ellas.
Muchísimas gracias Jesús; estoy en deuda contigo.
Le quedé muy agradecido y la carabina se vino para mi “hospital”.
La hice las fotos de rigor “de antes de”:
Lado derecho:


Lado izquierdo:



Detalle de la reparación de la culata con chapas a cada lado:




Detalle de la báscula, cañón y roseta del pistolet:




Detalle de la cantonera y la grabación de la culata:


El primer paso fue desmontarla toda ella.
Me sorprendió el muelle real. Su estado era bueno, de un color dorado y con un diámetro de
alambre de 3,2 mm. Sé que me iba a ser muy difícil encontrar uno igual, por el grueso del
alambre, así que decidí conservarlo. El cuero estaba peor y le hice uno como el que tenía.

Además del alza y la mira le faltaba el embellecedor del guardamontes, que no es otra cosa que una pletina que tapa el tornillo de rabera.


Estas son todas las piezas que tenia la carabina.
El siguiente paso fue eliminar las pletinas y proceder a la limpieza de todas las demás piezas.
Decidí empezar por la culata, pues si no quedaba bien el resto pasaría al cajón de piezas sueltas.
La culata tenía una rotura fea, en muy mal sitio; no me quedaba más opción que aplicar un
sistema de varillas roscadas. El que sean roscadas es porque la cola, masillas y pegamentos se
agarran mejor al metal.


Con disolventes, cepillos y otras “artes”, quité y limpié todo los restos de pegamentos que tenían
las dos partes, hasta que quedaron totalmente limpias, como se ve en la foto:


A continuación tapé los agujeros de los tirafondos de la pletina que sujetaban las dos partes de la
culata. Utilicé masilla epoxi y después de dejarla secar la lijé hasta nivelar con el resto de la
culata.


En la parte de la culata que aloja la cámara, con una broca de 3 mm perforé unos agujeros de 5
cm de profundidad, procurando que fueran por el centro de la pieza, sin desviarse a los lados que
era donde menos grosor tenia la madera.
Perforar un grosor superior a los tres milímetros hubiera supuesto que la madera quedara más
débil, y la resistencia a la hora de quebrar el cañón seria menor. Le hice cuatro agujeros; pensé
que eran suficientes.



Para perforar los agujeros de la otra parte y que coincidieran con los que ya estaban en la parte
contraria, recurrí a una punta mas fina, con la cabeza impregnada de tinta.


 Introduje la punta por el agujero que ya estaba taladrado.



A continuación, antes de que se secara la tinta, unía las dos piezas de la culata y las movía de arriba abajo para que la cabeza de la punta, manchada de tinta, marcara el lugar donde perforar.


De esta forma, sobre la marca de tinta, perforaba otro agujero de tres milímetros y cinco
centímetros de profundidad; pero dirigidos hacia el grueso de la culata, aunque esto hiciera que
tuviera que doblar las varillas.

Y así, uno a uno, perforé los otros cuatro agujeros opuestos a los primeros.

A continuación corté cuatro trozos de varilla de 10 centímetros, aproximadamente.



Metí las varillas, sin pegamento, en cada uno de los agujeros, doblándolas para hacerlas coincidir con los agujeros opuestos. Después, respetando el orden en que estaban, introduje pegamento en los primeros agujeros, los perforados a lo largo de la cámara, metiendo en ellos las varillas impregnadas de pegamento y forzando a que éste rebosara al exterior.



Limpié los restos de cola, metí los otros extremos de las varillas, sin pegamento, en los agujeros opuestos y los dejé secar bien para que hicieran buen cuerpo con la madera y las varillas quedaran orientadas en la dirección correcta con los agujeros opuestos.


Después repetí la operación con la otra parte de la culata; en lo que respecta al pegamento en los agujeros y varillas, pero antes de unir las dos partes de la culata interpuse una lámina de masilla epoxi, especial madera, y junté las dos partes dejando un par de milímetros entre las piezas, que serían ocupados por la masilla que también rodearía parte de las varillas. Al secarse, esta masilla actúa como si fuera una prolongación de la madera y queda más dura que si se hubieran unido las dos piezas con pegamento. Además, rellena las posibles faltas de madera, haciendo cuerpo con las dos partes y las varillas.


Este tipo de masilla es de la de dos componentes, se corta un trozo, se amasa hasta que el color es uniforme y se aplica sobre las partes a reparar.
El utilizar el tipo “especial madera” es porque tarda en secarse y te da tiempo a moldearla y retirar los restos que salgan en sitios de difícil acceso y que una vez dura, sería difícil de quitar.
Otras clases de estos tipos de masilla endurecen en pocos segundos y tienes que acertar en el primer intento sin darte tiempo a corregir.

Al juntar las partes, la presión hace que la masilla sobresalga fuera de la rotura y, como he dicho, se limpian las partes que rebosen por el interior y que se prevean difíciles de limpiar una vez seca
la masilla. Por el exterior se lija el sobrante después de que se ha secado bien.

Una vez colocadas las partes en la posición definitiva, se inmovilizan lo mejor posible y se deja secar al menos 12 horas. Después lijo la parte sobrante de masilla hasta igualar con la madera.


Aprovecho para retocar los agujeros de los tirafondos.
Se hacen las pruebas de resistencia para comprobar que la unión es satisfactoria.
Con la operación que se ha hecho, se ha aumentado la longitud de la culata un par de milímetros,
que hay que rellenar con la misma masilla.


Pongo la lámina de masilla y coloco la cámara con su tapón envuelto en film retráctil, para que no
se manche ni se pegue, coloco los tornillos para que quede en el sitio correspondiente y la dejo
secar.


El problema que tiene este tipo de masilla es que no admite el tinte al agua o al alcohol.

La solución es pintar con un pincel fino la parte de la masilla con el barniz tinte que se va a usar
como acabado. Dejarlo secar y lijarlo con lana de acero. Al barnizar la culata se igualará y
quedará un tono uniforme.


Como acabado de la culata, se le dan varias capas de barniz, dos de tinte y otras dos incoloro.
Para reforzar más la unión de la culata, he profundizado la cama de la pieza que cubre el gatillo y he colocado una pletina sujeta por un tirafondo en un lado y por el otro con el tornillo de rabera.


La rotura de la culata está donde señalan las flechas rojas. Esta pletina queda oculta por la pieza que se ve arriba, que va desde el tornillo de rabera y sujeta con un tirafondo a la derecha del que
sujeta la pletina.
Después coloco el guardamontes, la roseta del pistolet y la cantonera.

La culata está terminada.



Con la culata terminada le toca el turno a los hierros. Todas las piezas se limpian bien, se les
quita el óxido con un desoxidante y se pavonan.


Estos son los desoxidantes que utilizo; el ácido oxálico disuelto al 10 % en agua.
Las piezas pequeñas las pavono por el método de calentar con un soplete o lamparilla de fontanero, que es más práctico, y las sumerjo en aceite; sin dejarlas quietas, moviéndolas. Vale cualquier tipo de aceite. Cuando empecé alguien me dijo que con aceite de coche usado y lo he estado usando mucho tiempo. Luego he probado con otros aceites y queda tan bien como con el
de coche.
Para las piezas grandes uso el método Blackfast a temperatura ambiente. Esto de la temperatura ambiente es relativo, funciona bien si la temperatura ronda los 20 grados. Como en esta tierra esa temperatura no se consigue nada más que en verano, he introducido un cambio en el proceso: el agua que utilizo es caliente. Hasta ahora parece que funciona.
También he sustituido el sistema de cubetas por tubos verticales, con tapón, que además me sirven para guardar los productos. Cuatro tubos, desoxidante, acondicionador, pavonador y aceite. Para el agua pongo la pieza directamente al grifo.


Primero lo pongo en el desoxidante, lo lavo bien y lo seco. Luego lijo la pieza con lijas de esponja de grano medio y fino hasta que queda lo mas liso posible respetando las inscripciones que
pueda tener.
Después utilizo un producto desengrasante de los que se usan para fregar. Froto bien las piezas a mano, lo aclaro con abundante agua directamente en el grifo, le pongo un alambre que sirva de
colgador y lo voy introduciendo en los tubos con los distintos productos y entre producto y producto pasando por el correspondiente baño de agua.


En la foto anterior, se ve como sale la pieza del tubo del pavonado. Después irá al agua y al
aceite.
En la parte derecha de la foto se aprecia un número igual en el cañón que en la cámara. Es el
número de montaje, que se ponía en las piezas cuando se fabricaban manualmente, para, al final
del proceso, poderlas emparejar correctamente. Tengo carabinas, de los años 40, que llevan
grabado el número en todas las piezas grandes, cañón, cámara, biela, tapón, gatillo, incluso en el
tornillo de la báscula.
En la foto se muestran todas las piezas limpias y pavonadas. Los muelles se limpian bien pero no
se pavonan. Pueden perder el temple y echarse a perder.


También se ven las piezas que le faltaban: alza, pletina que tapa el tornillo de rabera, cuero de
cazoleta y punto de mira.

El muelle real, como ya he dicho, decidí conservar el que traía, estaba bien y tenía un diámetro
de alambre difícil de encontrar. Se entiende difícil de encontrar a buen precio.
El alza la tenía entre mis piezas que por cierto es distinta a los otros dos modelos que tengo. Éste
se diferencia en bastantes aspectos con los otros, que solo son diferentes en el calibre. Este
modelo es más parecido a la Diana 35.
La pletina del guadamontes es fácil de fabricar, el cuero también, (tengo por ahí un brico
explicando como se fabrica). El punto de mira fue mas complicado. No me fue posible encontrar
uno original, así que copiando el que tenían los otros modelos fabriqué uno. Así lo hice:

En la foto, el punto original de una Norica 62.


La base del punto tiene 10 mm por el exterior y 8 mm en el interior; el rail del cañón 7 mm.
Conseguí un cuadradillo metálico de 20 x 10 x 1 mm, también un tubo de 16 mm de diámetro, los
venden en tiras de uno o dos metros de largo en tiendas de bricolaje. Del tubo de 16 mm de
diámetro, corté un trozo de 34 mm de largo.

Perforé en el centro un agujero de 2,5 mm de diámetro y le hice rosca métrica tres.


Marqué la silueta de la base en el cuadradillo; las medidas son 10 mm de alto por 22 mm la parte que se une con el tubo y 24 en la parte que encaja en el cañón.


En la parte superior, la que se une al tubo, perforé tres agujeros; dos de 5 mm en los extremos y uno de 3 mm en el centro. Los de 5 mm servirán para dar los puntos de soldadura que unirán la
pieza al tubo; el del centro, para el tornillo que además de juntar las piezas para su soldadura terminará siendo el punto de mira. El avellanado que se ve fue un error; debe estar por el otro lado.


Después corté la pieza por las marcas y la calenté con el soplete para que fuera más fácil hacer la curvatura del tubo.


La puse en el gato con una pletina de 8 mm en el centro, para que soportara los golpes en vertical pero permitiera moverse hacia los lados.


Poniendo encima una varilla de 6 mm, la golpeé con un martillo para provocar que la base de la pieza se curvara.


Quedará como se ve en la foto.



Para hacerla volver a la medida correcta se aprieta con un alicate tipo “pico pato” para hacer más fuerza, tal como se ve en la foto siguiente. La pletina que está sujeta al tornillo de banco es de 8 mm de ancho.


Compruebo que la curvatura puede valer y se avellana el agujero central, para alojar la cabeza del tornillo que será el punto de mira.



A continuación, sujeto la pieza en el tornillo de banco y con una sierra se hacen, en los dos lados, un corte marcado pero no muy profundo. Servirá de uña de agarre en el rail del cañón.


Se hace con cuidado de que tenga la misma profundidad en toda la pieza.
La parte superior de la pieza servirá de guía para la hoja de sierra y hacer el corte lo más cerca posible del borde y paralelo a éste.


En esta foto y en la siguiente se ve como debe quedar.
Se comprueba que encaja justo en el rail del cañón. Si queda demasiado holgado es mejor aproximar los bordes ahora.
Es preferible que quede más bien justo pues el tornillo que lo sujeta no puede hacer mucha fuerza de aproximación. En un milímetro de grueso la rosca que se haga siempre será débil, por lo que si apretamos demasiado terminaremos pasando la rosca.


Una vez comprobado que encaja justo en el rail del cañón, sigo con el siguiente paso:

Sujeto la pieza en el tornillo de banco y a 6 mm de la parte superior y en el centro de la pieza, se
perfora un agujero a cada lado. Uno de 4 mm y el otro de 3,5 mm de diámetro.



En el agujero de 3,5 mm de diámetro, se hace una rosca de métrica cuatro.


Con un tornillo de métrica tres y 12 mm de largo se atornilla de forma que sujete la pieza y el tubo. Se marca la parte frontal, lo saco, y con una lima le doy la forma que se ve en la foto, limando más por el frente y la parte trasera y solo un poco en los laterales, para que se parezca al original lo más posible.


Vuelvo a colocar el tornillo procurando que la parte ancha quede en dirección a la mira, y centrando bien la pieza y el tubo, se le da los puntos de soldadura por los agujeros grandes.
Se liman bien los restos de la soldadura, que quede plano, se pavona y el punto de mira está terminado.


Antes de hacer el montaje final, hago una foto del todas las piezas de este modelo.



Tengo otros dos modelos de Norica 62 que se diferencian entre sí por el calibre y la palanca de carga que una es articulada. Las diferencias con el modelo de la foto son el alza, el tapón de la
cámara, la palanca de carga y posiblemente el punto de mira que, como el alza, sea mas moderno, de los que se pueden poner distintos puntos. Pero como no he podido confirmarlo he optado por fabricar uno como el de las otras.
Después de montadas todas las piezas, así es como ha quedado la carabina:

Lado derecho:


 Lado izquierdo 



Detalle del alza:



 Detalle del punto de mira:



 Detalle de la roseta y del guardamontes y gatillo:



 Detalle de la culata, inscripción:



 Detalle de la cantonera:



Las inscripciones de la cámara y la báscula estaban bastante deterioradas y su nitidez es bastante deficiente, que se acentúa más en la fotografía.
Reconozco que en la fotografía soy un verdadero desastre. Para las 63 fotos publicadas he tirado ciento ochenta y tantas.
Para no hacer el artículo muy largo, he omitido fotos y más explicaciones sobre el pavonado; en parte porque cada uno puede usar el método que quiera y porque ya hay bastante escrito en
artículos específicos sobre el tema.

Detalle de la inscripción de la cámara:



Detalle de la inscripción de la báscula:




Un gran articulo realizado y fotografiado por Jerónimo


Valladolid, 06-Mayo-2013
Jerónimo – Mayo 2013